martes, 23 de abril de 2013

El especialista que nadie quiere



Ana Gabriela detesta los dentistas. Lo hace desde que tenía 16 años y debió someterse a un tratamiento de conductos. A través de dicho procedimiento se retira el nervio de la pieza dental y se evitan dolores provocados por las caries. Ahora tiene 22 años y a pesar de ser una mujer de 1 metro 80 cm, todavía tiembla al ingresar al consultorio de Sofía Granja. 

La especialista, con más de de dos décadas de experiencia, comenta que es común que los pacientes ingresen temblorosos a la consulta. Diariamente recibe a aproximadamente 20 personas que llegan con afecciones bucales. Dice, además, que lo más difícil es el tratamiento con niños debido al nerviosismo que provocan las pinzas, las agujas y el agudo sonido del taladro dental. Y es que, según la especialista, el 95% de la gente que ella atiende sufre de problemas de desmineralización en los tejidos dentales. Es, lo que comúnmente, se conoce como caries.

Rocío Reyes, su asistente, indica que esto se debe a la placa bacteriana que se aloja en los dientes. Lo que a su vez es producto de una mala higiene bucal, por lo cual recomienda cepillar la dentadura un mínimo de tres veces al día. 

Esta ocasión, Ana Gabriela llega al consultorio por una profilaxis de rutina. Sin embargo, a pesar de lo indoloro del procedimiento, su tensión es evidente. Le tiemblan las manos, su pierna izquierda se mueve incesantemente e, incluso, se le caen unas lágrimas cuando Sofía Granja le solicita amablemente que abra la boca. Por ese tratamiento, la productora de cine pagará 25 dólares.

La odontología es una especialidad rentable, comenta Reyes. Ella también hace las veces de secretaria de la dentista. Diariamente obtiene un promedio de 500 dólares y el mantenimiento de los equipos del consultorio equivale a 300 dólares mensuales. 

Luego de 15 minutos de permanecer con la boca abierta, finalmente la doctora termina la profilaxis. Le recomienda a su paciente utilizar hilo dental para una mejor higiene. Ana Gabriela sonríe, agradecida. Pero, al abandonar el lugar, confiesa que si por ella fuera no volvería allí nunca más.

@Desireeyepez

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